EL ASENTAMIENTO NEOLÍTICO DE LA MARMOTTA: UN PROYECTO APASIONANTE PARA UN YACIMIENTO EXCEPCIONAL

En 2018, un grupo de investigadores formados por Mario Mineo, Niccolò Mazzucco y Juan F. Gibaja, se organizaron para poner en marcho un proyecto de investigación alrededor del yacimiento neolítico de La Marmotta (Anguillara Sabazia, Italia). En aquel entonces, dos fueron los primeros pasos que se realizaron. En primer lugar, la creación de un convenio internacional entre el Museo delle Civiltà de Roma y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), donde tendrían un claro protagonismo la Institución Milá y Fontanals de Barcelona (IMF) y la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR). En segundo lugar, la conformación de un amplio equipo multidisciplinar que ha ido creciendo paulatinamente.

Localizado en las aguas del Lago Bracciano, el asentamiento de La Marmotta fue excavado sistemáticamente entre los años 1992 y 2006 bajo la supervisión de la Soprintendenza al Museo Nazionale di Preistoria ed Etnografia “L. Pigorini”, hoy Museo de las Civilizaciones, y la dirección de la Dra. M.A. Fugazzola y codirección de Mario Mineo. Ocupado entre el 5600 y el 5200 a.C. (neolítico antiguo), actualmente se encuentra sumergido a unos 300 m de la orilla actual y a unos 8 m de profundidad. El hecho de que los niveles arqueológicos se encuentren a 3 metros por debajo del fondo del lago, permite su conservación de manera natural. Se calcula que se excavó el 25% del yacimiento, por lo que debió tener una superficie de 2 hectáreas. Se trata de un asentamiento compuesto por casas de morfología rectangular, con compartimentos internos y un hogar central. Presentan un tamaño de entre 10-8 m de largo y 6 m de ancho. Su ordenación espacial nos lleva a pensar en un modelo inicial de protourbanismo.

Los restos de animales y vegetales documentados nos hablan de una comunidad con una economía doméstica muy consolidada. Su cabaña ganadera estaba compuesta especialmente por cabras y ovejas, y en menor medida por buey y cerdo. Asimismo, cultivan distintas especies de trigo y cebada, así como diversas leguminosas (lentejas, habas y guisantes) y quizás incluso la vid y el opio. Pero, por supuesto, también cazaban y recolectaban.

Junto a los restos consumidos para su subsistencia, La Marmotta escondía miles de útiles de piedra, madera y hueso, ornamentos y recipientes cerámicos y de cestería, lo que nos dan una idea de las múltiples actividades que realizaban las personas que lo habitaron. Pero si hay algo que define a este yacimiento, es el grado de conservación de muchos de los restos arqueológicos. Estamos ante un contexto tipo Pompeyano en el que sorprende la existencia de cinco piraguas, decenas de hoces, cuencos, palos cavadores, arcos y cestos, restos de material textil y alimentos (pan), y más de 20.000 semillas pertenecientes a 200 especies diferentes.

Algunos de esos restos, además, nos hablan de las sólidas redes de contacto que tenían las gentes de La Marmotta con otras comunidades contemporáneas. Así lo demuestra la presencia de obsidiana procedente de las islas italianas de Palmarola y Lipari, del sílex del Gargano (este de Italia), de algunas de las rocas empleadas en la confección de las hachas y azuelas originarias de los Alpes o la presencia de cerámica procedente del este del Mediterráneo.

Las especiales características del yacimiento y del material documentado ha obligado a organizar un amplio equipo de investigadores llegados desde distintas disciplinas e instituciones europeas y americanas. Sin embargo, este proyecto no sería una realidad sin la colaboración con Museo delle Civiltà y el CSIC, y la financiación de varios proyectos ofrecidos por el Ministerio de Ciencia e Innovación junto al propio CSIC.

Finalmente, desde la perspectiva de la divulgación, y gracias al Programa Ciudad-Ciencia del CSIC, en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), hemos creado una excavación virtual en la que los asistentes podrán imaginar que están excavando los yacimientos italianos de La Marmotta y Tusculum.

Momento de la excavación del asentamiento de La Marmotta
Restos de un cesto elaborado con una materia vegetal
Piragua número 1 de La Marmotta.
Hoz de La Marmotta cuyo filo estaba compuesto por pequeños fragmentos de láminas de sílex
Cuerda elaborada con una materia vegetal

Dirección: Mario Mineo (Museo delle Civiltà), Niccolò Mazzucco (IMF-CSIC) y Juan F. Gibaja (IMF-CSIC)

Colaboradores: Eva Andersson (Univ. Copenhagen), Daniele Arobba (Museo Archeologico del Finale), Amaia Arranz (Univ. Copenhagen), Laura Caruso (CONICET), Oliver Craig (Univ. York), Miriam Cubas (Univ. Oviedo), Katharina Dulias (Univ. York), Bernard Gassin (Univ. Toulouse), Denise Guibeau (Ministère Culture France), Caroline Hamon (CNRS), Thomas Huet (Univ. Paul Valéry), Juan José Ibáñez (IMF-CSIC), Eneko Iriarte (Univ. Burgos), Christina Margariti (Univ. Copenhagen), Alba Masclans (IMF-CSIC), Berta Morell (Univ. Vigo), Millán Mozota (IMF-CSIC), Ariadna Nieto (IMF-CSIC), Federico Nomi (Univ. Roma III), Maria Ntinou (Univ. Thessaloniki), Marta Portillo (IMF-CSIC), Izaro Quevedo (Aranzadi), Maxime Rageot (Univ. Tübingen), Gerard Remolins (Regirarocs), Arturo Rey (EEHAR-CSIC), Mauro Rottoli (ARCO Coop), F. Javier Santos (CNA-CSIC), Amy Styring (Univ. Oxford), Silvia Valenzuela (IMF-CSIC), Julien Vieugue (CNRS).

Fotos gentileza “©_Museo delle Civiltà – MPE “L. Pigorini”

Foto 1. Momento de la excavación del asentamiento de La Marmotta

Foto 2. Piragua número 1 de La Marmotta.

Foto 3. Hoz de La Marmotta cuyo filo estaba compuesto por pequeños fragmentos de láminas de sílex.

Foto 4. Restos de un cesto elaborado con una materia vegetal

Foto 5. Cuerda elaborada con una materia vegetal.